domingo, 8 de enero de 2017

Pokémon, generación 7


Había dejado de seguir la saga de manera completista después de la segunda generación. Recuerdo que con Zafiro, al terminar la campaña principal, pasé de continuar después de los créditos porque los extras no me atraían nada de nada. Mucho tiempo mas tarde probaría suerte con Blanco, y si bien la cosa mejoró, todavía sentía que no lograba recuperar la conexión personal con la franquicia. Hace unos días terminé la campaña en Pokemon Luna... y he vuelto a sentirme como hace 18 años, cuando jugaba a Pokemon Rojo con toda la ilusión del mundo.


Los trailers prometían un lavado de cara a la saga, un enriquecimiento de las mecánicas para una nueva etapa que rompía esquemas, una forma distinta de revivir la experiencia como entrenador sin necesidad de cambiar los pilares básicos que componen la fórmula. Y es alucinante como han cumplido con ello, y además se han deshecho de cosas innecesarias en favor de una jugabilidad pensada para que las travesías sean disfrutables, en vez de backtrackings forzados como nos tenían acostumbrados de mala manera. Y ahora, dejemos la nostalgia a un lado para ver la virtud del juego.

Alola tiene una personalidad muy marcada, y con ello no me refiero a que su ambientación basada en Hawai esté omnipresente, sino que la asimila y presenta de una forma que lo diferencia totalmente con el resto de la franquicia, sobretodo por la forma alternativa en que usan los conceptos de Pokemon como si fueran diferencias culturales. Esto queda patente desde el principio con el propio motivo por el que nuestro avatar se lanza a viajar, ya no es la típica excusa de querer ser entrenador porque le sale de ahí, sino que el propio viaje es una tradición para que los lugareños que la realizan aprendan sobre la cultura del archipiélago, ¡esa idea es brillante!.

Mención especial al diseño de personajes, que por fin se alejan de ese aspecto digno de un tokusatsu en pos de un vestuario mas identificable para el usuario, se podría decir que mas cercano incluso, hasta el equipo de villanos en esta ocasión han cambiado los uniformes por conjuntos basados en ropa urbana. Aquí destacan los Kahuna, fácilmente reconocibles y memorables, y mis favoritos sin duda son Denio y Zarala, esta última coronándose como el npc mas mono de la saga.

¡Si es que dan ganas de comérsela y todo!

 Sigo sin ganas de querer continuar la partida después de los créditos, pero como en la próxima entrega lo hagan igual de bien que con esta, ya os digo que ahí estaré al pié del cañón para patearme la región que nos tengan preparada. En resumen: JUGAD POKEMON SOL/LUNA

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