Shin Megami Tensei

¿Quién dijo que los J-RPG eran cuentos de hadas de finales felices?

Creada por Atlus en 1991, la franquicia Shin Megami Tensei (Megaten a partir de ahora) ha ido ganando adeptos con el paso del tiempo, gracias a sus atractivas alternativas que lo ponen a otro nivel en lo que a juegos de rol se refiere; mayormente por presentar ambientaciones modernas e historias mas adultas de lo que se suele encontrar en un mercado inundado de castillos y espadas.

Megaten tiene sus raíces en la serie de novelas de terror Digital Devil Story Megami Tensei, escritas por Aya Nishitani en 1987. El éxito de esta primera trilogía de novelas fue muy importante en Japón, y por aquella epoca se trató de comercializar la idea del libro en varios productos, entre los cuales se realizaron una OVA y los videojuegos para Famicom (NES).

Portada de la primera novela

Sin embargo, los videojuegos fueron desenlazándose de la novela con cada entrega, por lo que a partir del primer título pasa Super Famicom (SNES) se le renombró a Shin Megami Tensei, subtítulo que se utilizaría a partir de entonces en cada juego que la empresa lanzara ambientado en el concepto iniciado con las novelas, y creándose de esta forma a la franquicia tal y como la conocemos hoy en día.

¿Pero que hace a Megaten tán atractivo? Suelen estar ambientados en un Japón actual, plagado por seres demoníacos y hechos paranormales. La característica más notable de esta saga es la presentación de dilemas y decisiones de carácter moral que determinan el alineamiento de los personajes, y por tanto el desarrollo y el final de la trama.

Las referencias mitológicas son presentes en todos los títulos

Otra posibilidad que se puede encontrar en general, reside en la libertad de acciones disponibles apartadas del combate, referentes o no a los demonios en los que gira el desarrollo del sistema de juego. Esto sorprdende especiálmente en Persona 3, en el cuál gran parte de la historia es afectada por las actividades cotidianas que le mandemos hacer al protagonista, planteado como un sistema de simulación de vida.

Persona 3, enfrente del karaoke

En cuanto a la interacción con los demonios, todo empieza con el pacto o contrato, acción mediante la que haremos que pasen a nuestro yugo y combatan por nuestros intereses. Las posibilidades no se acaban fuera del campo de batalla, y es que los podremos fusionar entre ellos para crear un híbrido mas fuerte, pujar por subastas en las que se ofrecen o, dependiendo del juego, enviarlos a cumplir acciones que se escapan a las posibilidades mortales de sus invocadores.

A destacar el diseño gráfico usado para los demonios, los cuales en todos lo juegos siguen un mismo patrón de trazos artísticos que recuerdan a las representaciones mitológicas de las que se basan. No se puede decir lo mismo de los personajes humanos, cuyo diseño podemos ver cambiando en cada entrega, contrastando por ejemplo el estilo realista del primer Persona, con los personajes estilizados del reciente Devil Survivor.

El apartado sonoro sigue una línea de ambientaciones instrumentales, las cuales cumplen su función con creces, al hacernos sentir dentro de una pesadilla cuando exploramos una mazmorra plagada de monstruos salidos del abismo más aterrador. Los títulos no centrados en la inmersidad experimentan con la banda sonora, como ejemplo volvemos a tener Devil Survivor, cuyo apartado músical se basa en piezas de Heavy Metal, las cuales han introducido de una forma totalmente acertada.

Canción de batalla

Megaten es sin duda una opción a tener en cuenta para aquellos jugadores que busquen experimentar algo fuera de los estándares a los que está acostumbrado, recomendado sobretodo para veteranos con mucha perseverancia y dedicación, ya que la dificultad general requiere largas sesiones de subir nivel y fortalecer a los demonios contratados para poder sobrevivir al auténtico infierno que pueden suponer las mazmorras.

Concluyendo con la presentación, me gustaría pedir disculpas por no poder realizar un análisis más detallado, debido esto a la enorme cantidad de títulos que conforman la licencia, así como los animes.